C75: Me encargaré de que ese hombre desaparezca.
Nadia parpadeó, sin comprender del todo si había escuchado bien.
—¿Qué…? ¿Qué dijiste?
—Ya me oíste. Quiero saber quién es ese individuo que afirmas que es tu pareja. ¿Dónde lo conociste? ¿Desde cuándo tienen esa relación? Porque, hasta donde tengo entendido, rara vez sales de esta casa. ¿Fue durante una de tus pequeñas escapadas, acaso? ¿O ha estado viniendo a verte a escondidas?
Por un instante, Nadia se quedó en silencio. El modo en que su tío la interrogaba, como si hubiera cometido un crimen, le resultaba tan absurdo que no supo cómo reaccionar.
Entonces esbozó una sonrisa. No fue una sonrisa de alegría, ni de burla, ni siquiera de desafío. Fue una sonrisa amarga, resignada. Una expresión de incredulidad ante lo ridículo de la situación.
—¿De verdad estás haciendo todo esto por eso? —preguntó—. ¿Realmente deseas saber dónde lo conocí? Tal vez fue en aquella fiesta que me organizaron mi tía y mi prima, Indira. ¿Recuerdas? Esa ocasión en la que reunieron a un montón de hombres, com