C33: Lo decido yo.
Rowan se recostó levemente en el respaldo del sillón individual, sin perder su porte imponente ni su expresión mesurada.
—Como ya les he comentado, estoy aquí porque deseo conocer personalmente a Nadia Bennet. Me interesa profundamente su talento.
Hazel asintió con un gesto amable, aunque la sorpresa aún se reflejaba en sus ojos. Jared, en cambio, permanecía tenso. La línea de su mandíbula se endureció aún más mientras miraba detenidamente al visitante. Minutos después, se inclinó hacia adelante con una voz que, si bien se mantenía educada, ya no ocultaba del todo el trasfondo de la incomodidad que sentía.
—Disculpe, señor Kohler, pero… ¿no se suponía que usted estaba buscando a la mujer que captó su interés aquella noche? —preguntó, marcando con intención esas palabras.
Rowan le sostuvo la mirada sin titubear. Por un instante, dejó que el silencio se acomodara entre ellos, percibiendo en Jared una clase de resistencia. A su juicio, parecía una forma natural de actuar para un hombre