C135: Una razón que tiene que ver contigo.
Nadia finalmente llegó a su apartamento conduciendo su coche, con la incómoda presencia de Rowan siguiéndola de cerca, como una sombra insistente que no parecía dispuesta a alejarse. Por más que lo intentara, no encontró la manera de escapar de su insistencia ni de su terquedad obstinada.
Rowan no era un hombre fácil de ignorar o evitar; su carácter decidido le impedía aceptar un simple “no” como respuesta. Así que, sin más remedio, Nadia se resignó a aceptar su compañía, aunque no deseaba verlo ni un segundo más, especialmente después de lo que acababa de ocurrir entre ellos. Con una despedida corta y fría, ella expresó su deseo de que simplemente desapareciera de su vista, de su vida, y de ese momento. No quería prolongar más ese encuentro ni alimentar ningún tipo de expectativa o esperanza.
Una vez dentro de su apartamento, Nadia se dejó caer con pesadez sobre la cama, dejando que el peso de la fatiga física y emocional la venciera por unos instantes. Cerró los ojos y se sumergió e