Capítulo 59: Corazón Noble.
Hubo un silencio largo. Lía bajó la mirada, y por primera vez, una sensación de alivio la invadió.
Con el tiempo, había aprendido a conocerlo: detrás de su carácter serio y de su mirada cansada, había un corazón noble, un hombre roto que trataba de reconstruirse.
—Está bien —respondió con una leve sonrisa—. Iremos. Pero solo por un tiempo, hasta que encuentre otro empleo.
—El tiempo que necesites —contestó él.
Lucía, que jugaba junto a la cama, levantó la cabeza y los miró.
—¿Vamos a una casa nueva, mami?
Lía rió por primera vez en el día.
—Sí, mi amor. Vamos a un lugar con árboles y espacio para correr.
Nicolás la observó entonces con ternura, sintiendo que, de algún modo, el destino le estaba ofreciendo una segunda oportunidad.
No para recuperar lo perdido, sino para empezar a sanar lo que aún quedaba vivo.
El camino hacia la hacienda era largo y polvoriento, bordeado de árboles viejos que se inclinaban con el viento, como si saludaran el regreso de su antiguo dueño.
Nicolás co