Capítulo 0280
—Leandro, ¿te sientes mal? ¿Qué pasa? —Celia, notando que Leandro no estaba bien, se acercó y preguntó con preocupación. No quería que hubiera ningún contratiempo con el contrato.

Leandro se controló con esfuerzo, despertó bruscamente y, cuando se dio cuenta, estaba sudando como si hubiera salido del agua.

—Ay, tus manos están frías, pero sudan tanto —dijo Celia, acercándose y tocando las manos de Leandro.

—Estoy bien —respondió Leandro, retirando su mano.

Volvió a tomar la pluma y firmó su nombre en el acuerdo, habiendo perdido momentáneamente la compostura.

A los 12 años, un incendio arrasó todo el parque industrial de alta tecnología de la familia Muñoz, incluido su padre, que perdió la vida en las llamas.

Cerró el acuerdo.

—Buena cooperación. —Leandro empujó el contrato hacia adelante y se lo devolvió a Víctor.

Víctor, con sus ojos agudos como un águila, lo miraba detenidamente, con las manos entrelazadas debajo de la mesa. En ese momento, sus dedos se apretaron, marcando los nudil
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