Sibelle
- Muy bien, voy a preparar un baño, te hará bien.
Me duele entre los muslos, haaa, es desagradable.
Él regresa unos minutos después y me levanta para depositarme en la bañera.
- ¿Estás bien?
- Sí, mucho mejor, señor.
- ¡Me gusta cuando me llamas así! Eres sublime y esa boca carnosa, sueño con sentirla sobre mí.
Me acaricia el labio inferior con su pulgar, que pone en mi boca.
- ¡Chupa!
Hago lo que me pide, él cierra los ojos para apreciar las sensaciones que le provoca mi boca.
Finalmente, quita su dedo, rápidamente reemplazado por sus labios. Me besa lentamente, como si intentara grabar el sabor y la sensación en su mente.
- No puedes imaginar lo que me provoca el roce de tus labios. ¿Cómo lo haces para cautivarme así? No puedo alejarme de ti.
Veo en sus ojos esa hambre, intensa
que intenta ocultar al cerrar los ojos. Cuando los abre, están llenos de hielo, ¿qué le pasa? Parecía disfrutar de estar allí conmigo.
- Si terminas de bañarte, descansa, nos veremos mañana.
No tengo