Isabella
Fue hace casi tres años que me lancé frente a un auto en movimiento en plena avenida, allá en Valencia. Eran las dos y cuarto de la mañana, según el reporte policial, y yo no llevaba nada más que una playera amarilla repleta de sangre. Recuerdo que corría como loca descalza, con una herida bajo mi pecho izquierdo y el cabello rozándome el cuello tras haber sido cortado con un cuchillo. Lloraba y gritaba como loca hasta que unos brazos fuertes me atraparon y juraron protección. Una que hasta el día de hoy no me ha faltado.
Mi herida cicatrizó, mi cabello creció, y no volví a ver a mi agresor nunca más. Todo gracias a Ryan por salvarme la vida y darme refugio.
Me llena de nostalgia pensar en mis primeras sesiones de terapia, donde conocí a Amber. Ella también había sido maltratada, aunque no como yo, pero compartíamos personalidades tan distintas que fue imposible no conectar. Ella era esa diversión y positivismo que le faltaba a mi vida, y yo era ese toque racional que le