Short
Me Desterraron de la Manada, y Ahora Aúllan por Mi Regreso

Me Desterraron de la Manada, y Ahora Aúllan por Mi RegresoES

Cuento corto · Cuentos Cortos
Ava  Completo
goodnovel4goodnovel
7Capítulos
16leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

Cuando mi solicitud de enlace mental fue ignorada por vigésima vez por mis padres, fui al Consejo de Hombres Lobo con el informe de corrosión por polvo de plata apretado entre mis manos. —Hola. Quisiera renunciar a mi identidad dentro de la manada. Con efecto inmediato. Diez minutos después, mis padres irrumpieron en la sala, arrastrando consigo a Elisa, mi hermana adoptiva, con el rostro descompuesto por la angustia. La puerta se abrió de golpe con un estruendo, y mi padre —un Beta— entró como una tromba, con los colmillos al descubierto y las garras temblando de rabia. —¡No eres más que una niña mimada que solo busca atención! ¡Deja esta actuación patética! ¡Eres una vergüenza para el nombre de un Beta! Mi madre, especialista forense de la manada, me arrancó de inmediato el informe de las manos. Tras una rápida mirada, soltó una risa helada. —¿Falsificaste este informe solo para llamar nuestra atención? Has sido una mentirosa desde que eras una cachorra. Elisa se aferró a ambos, con los ojos llenos de lágrimas, mientras sollozaba: —Lo siento, Jimena. Fue culpa mía por celebrar el ritual de transformación. Pero, por favor… no les mientas a nuestros padres solo para hacerlos sentir culpables. La sangre seguía brotando de mi nariz, pero la limpié con calma y me mantuve firme frente a los consejeros lobunos. —Hace mucho que no tengo una familia de verdad. Por favor, eliminen todos mis registros personales de la manada. Solo quiero que mi funeral, que está programado para dentro de tres días, no sufra ningún retraso.

Leer más

Capítulo 1

Capítulo 1

Me había infectado de corrosión por polvo de plata después de caer en una mina hacía diez días. El sanador había insistido con urgencia en que recibiera tratamiento en la enfermería.

Sin embargo, cuando llegué, me informaron que todos los sanadores habían sido enviados al frente: la manada estaba en guerra con los clanes vecinos.

No tuve más remedio que acudir a mis padres en busca de ayuda.

Tras ser rechazada por vigésima vez a través del vínculo mental, agarré mi informe de corrosión y me arrastré hasta el Consejo de Hombres Lobo.

—Hola. Quisiera solicitar que se eliminen todos mis registros personales de la base de datos de la manada… con efecto inmediato.

La consejera me dirigió una mirada llena de compasión y, en voz baja, preguntó:

—Pobrecita... ¿no tienes ningún familiar que te acompañe?

Justo cuando esas palabras salieron de su boca, mis padres irrumpieron en la sala, seguidos de Elisa.

Mi padre ni siquiera vaciló.

En el momento en que me vio, explotó. Sin dudarlo. Sin hacer preguntas. Sin darme oportunidad de explicar nada. Me señaló con un dedo tembloroso y rugió:

—¿Hiciste esta patética escena solo para eclipsar a Elisa y robarte nuestra atención? —Su voz vibraba de furia contenida—. ¿Tienes idea de cuántos guerreros fueron retirados del frente por tu maldito egoísmo? ¡Eres una vergüenza! ¡Una deshonra! —escupió con desprecio—. ¡Para ser hija de un beta, no tienes ni una pizca de dignidad!

Me quedé ahí, paralizada, completamente congelada. Mi loba temblaba por el impacto del estallido repentino.

Tardé un momento en recordar siquiera qué día era.

Claro. Era el primer cambio de Elisa. Su llamado «ritual de mayoría de edad».

Mi padre se había tomado dos días libres solo para celebrar aquello.

¿Y yo? Su propia hija de sangre, casi muerta por la corrosión de plata, le había enviado veinte solicitudes mentales suplicándole un sanador.

Pero, en lugar de ayuda, recibí su condena. Me acusaron de malgastar los recursos de la manada, diciendo que era una vergüenza, una deshonra.

Porque para él, yo no era una hija. Era una carga. Una molestia.

Las lágrimas comenzaron a llenarme los ojos en cuanto escuché sus palabras. Me toqué la mejilla ardiente e intenté explicarme:

—Papá, yo no...

—¿Todavía te defiendes? —gritó furioso.

Mi madre me arrancó el informe de las manos y lo miró por encima. Su mueca era más helada que el polvo de plata que devoraba mi cuerpo.

—¿Falsificaste esto solo para llamar nuestra atención? ¡Pues felicidades, lo lograste! ¡Arruinaste por completo el gran día de Elisa! Has sido una mentirosa desde que eras una cachorra. ¿Por qué deberíamos creerte ahora?

Su furia se desbordó. Justo cuando levantó la mano para golpearme, Elisa corrió hacia adelante y la detuvo.

Las lágrimas brillaban en los ojos de Elisa mientras suplicaba con una voz suave y quebradiza:

—Lo siento, Jimena… No quise hacerte daño con mi ritual de transformación. Por favor, ya no les mientas más a nuestros padres, ¿sí? Ya están agotados con todo lo que has hecho. Si dejas de mentir, te juro que… haré lo que tú me pidas.

Mi madre la abrazó con ternura y le secó las lágrimas; lágrimas que deberían haber sido mías.

Ver ese gesto tan delicado fue como recibir una puñalada en el pecho. Me quedé ahí, inmóvil, con la mente girando, mientras la sangre caliente me resbalaba por la nariz. La limpié con el dorso de la mano y volví a mirar a la consejera.

—Hace mucho que ya no tengo familia —dije con voz ronca—. Por favor, eliminen toda mi información del registro de la manada. Mi funeral está programado para dentro de tres días.

Al oír mis palabras, mi padre soltó una carcajada, con los ojos brillando de amarga ironía.

—¡Qué broma! ¿De verdad arrastraste al Consejo a este circo solo para arruinar el ritual de Elisa? ¡Increíble! ¡Vas a pagar por esto, Jimena! ¡Y no te atrevas a decirle a nadie que eres mi hija!

Dicho eso, se dio media vuelta y se marchó sin siquiera mirarme de nuevo. Mi madre lo siguió, con Elisa detrás, como la hija querida que siempre fue.

Terminé el papeleo sola, y, también sola… caminé de regreso a nuestra madriguera.

Me quedaban tres días de vida.

Mientras yo luchaba sola contra la corrosión de plata, borrando mi existencia de los registros de la manada, mis padres alzaban sus copas por la gloriosa transformación de su hija adoptiva.
Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

También te gustarán

Último capítulo

No hay comentarios
7 chapters
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP