Nací en una familia pobre y de bajo rango dentro de la manada. Sin embargo, con mi propio esfuerzo, poco a poco logré ascender al puesto de Gamma. Mis padres me decían que ya se estaban haciendo mayores y querían ver el mundo antes de que su vista les fallara. Así que, con una gran parte de mis ahorros —quinientos mil dólares —, reservé un lujoso viaje a Europa para toda la familia, incluyendo un crucero especial para ver las auroras boreales. Sin embargo, antes de irnos, la hija biológica de mis padres se enteró del viaje planeado y anunció que vendría con nosotros. Así descubrí que era adoptada. Mis padres no dudaron ni un segundo. Me pidieron que cediera mi camarote en el piso superior del crucero, por el que había pagado cinco mil dólares por noche, a su hija biológica. También, dijeron que yo tenía que dormir acostada en la nieve durante la excursión al norte. Ignoraron por completo el hecho de que tenía una condición especial que hacía que el frío extremo activaba la transformación de mi lobo de forma incontrolable, que podría provocarme la muerte. Además, me exigieron que transfiriera todos los ahorros que me quedaban para apoyar el lujoso viaje de su hija biológica. Pero lo peor de todo fue cuando Pedro, mi pareja de tres años, se puso a favor de ellos. El hombre al que yo había apoyado económicamente, el lobo que la Diosa misma había elegido para mí, me traicionó sin pensarlo. Viendo cómo acabó la situación, cancelé todo el viaje a través de la agencia, tomé mi dinero y me fui a viajar por un mes para disfrutar de la vida por mi cuenta. Ignoré todos los mensajes que me mandaban a través de la mente compartida de la manada y dejé de complacerlos en las cosas que me pedían. Fue entonces cuando mi familia y Pedro empezaron a entrar en pánico...
Leer másLe sonreí a mis padres.—Tantos años viviendo juntos, tanto esfuerzo... Y nunca los hice felices. Ahora que su hija de sangre volvió, por fin, conocerán la felicidad. Qué impresionante.—¿¡De qué hablas!? ¡Claro que seremos felices! ¡Somos una familia de verdad, unidos por sangre! —gritó Lucía.—Si tú lo dices. ¿Por qué tan a la defensiva?Los del consejo que dirigían el ritual intercambiaron miradas. Todas eran mis compañeras de combates pasados. Notaban las mentiras de Lucía para entrar a las familias.Pedro estaba al fondo, con la cara llena de arrepentimiento.La audiencia para romper nuestro lazo se daría después de esta.Tras cortar el vínculo familiar, mis padres llevaron a Lucía para su ritual.Me vieron esperando afuera. Ella se burló.—¿Sigues aquí? ¿Por qué?—A reclamar mi casa.—¿Casa? ¡Ya no eres su hija! ¡Esa casa es nuestra!—Parece que estás confundida. Tus padres y tú han vivido en mi propiedad. Les di dos meses para irse, pero se quedaron como si nada. Por eso, traje
—¡Corta el vínculo familiar de una vez! Lucía ya está acá, ¡hagan familia con ella! ¡Podemos seguir siendo felices!Mamá jaló a Javier.—¡Las cosas de adultos de la manada no son para cachorros! ¡A tu cuarto!—Espera, Javier. Como no entiendes, déjame explicarte por qué tus padres no quieren firmar la ruptura.Javier cruzó los brazos.—Bueno.—¿Cuánto ganan tus padres al mes?—Están jubilados. No tienen ingresos.—¿Y tu colegio privado?—Cincuenta mil por semestre, más cinco mil mensuales de más.—Entonces, no pueden pagar ni un mes de tus gastos. Esta casa tiene una hipoteca mensual de doce mil. Los ocho mil que les llegan, vienen de mí. Los cuatro quedarán en la calle.La expresión de Javier cambió.—¿Y qué? ¡Tenemos a Lucía! ¡Ella nos mantendrá!—Lucía fue despedida de su tercer trabajo en el Norte. No ha pasado ni una certificación de combate. Los negocios de sus padres adoptivos están en quiebra. No pueden ayudarte.Javier se puso más preocupado.—¡La casa es parte del contrato fa
Eliminé el mensaje. Un buen marido jamás me habría traicionado como lo hizo Pedro.Lucía empezó a publicar mensajes dramáticos en redes sociales.“La verdadera familia no se abandona” “Algunas personas no merecen tener lazos familiares” “Los padres necesitan una hija que los apoye”El estatus de mis padres dentro de la manada se desplomó.Otros guerreros se burlaban abiertamente de ellos.¿Qué clase de padres viven del dinero de su hija mientras compran regalos caros para una aparecida?Me permití relajarme. Disfruté del spa, de la playa y del servicio a la habitación.Desde que vivía con mi familia, nunca había descansado, siempre tenía que sacar tiempo para los combates y el cuidado del hogar.Nunca me había sentido tan libre.Desde ese momento, viviría sola.Después de dos semanas de una vida de lujo, un extraño vínculo mental se conectó conmigo.Antes de que pudiera reaccionar, las voces furiosas de mis padres llegaron a mi mente.—¡Tienes valor, haciendo que toda la manada esté co
Apenas llegué a mi resort en la playa, encendí mi celular.Mis padres llamaron de inmediato.—¡Al fin contestas! ¿Por qué tenías el teléfono apagado y no nos dejas contactarte por el vínculo? ¡Pensamos que te había pasado algo!—¡Qué ironía! Yo iba a dormir afuera, en plena nieve, ¿y no les importó mi seguridad? ¿Ahora se preocupan? ¿Qué clase de padres son?—¡Solo apagaste el teléfono para no mandarnos dinero! ¡Lo hiciste adrede!—Sí, fue a propósito. Que les quede claro, papá, mamá: ¡no recibirán un centavo más de mí!Mis padres escucharon la determinación en mi voz y entraron en pánico.Sus voces ahora eran más sumisas. Me suplicaban.—No seas así. Sabemos que estuvo mal lo de la nieve. Te vamos a compensar. ¿Dónde estás? Vamos por ti. Te compramos un regalo, una sorpresa.Blanqueé los ojos.Nunca habían querido gastar en mí. Cuando sacaba en el colegio buenas notas, igual querían que lo dejara, para salir a mantener a la familia.Nunca me dieron nada. Lo único que tenía era un braz
Tan pronto se fueron, llamé a la agencia de viajes.Contestaron rápido.—Oigan, necesito cancelar todas las reservas con el número WP-58921. Quiero que me devuelvan toda la plata —ordené.La agente quedó atónita.—¿Está segura? Es que estas son reservas de alto nivel y no reembolsables.—Me da igual lo que cueste. Cancele todo: vuelos, hoteles, hasta el crucero, absolutamente todo.Después de pagar la multa de cancelación de diez mil dólares, empezaron a llegar los correos de confirmación.Dinero bien invertido para recuperar mi paz mental.Luego, llamé al banco para transferir mi dinero a una cuenta privada. Cinco millones de dólares asegurados, lejos de mi familia.Después, me armé unas vacaciones privadas: un viaje de lujo solo para mí a unas playas en el hemisferio sur.Apenas me senté en primera clase, mis padres me hablaron por el vínculo mental.—¿Por qué no vemos los detalles del vuelo? Mándanos los pases para abordar.—Ah, sí. Les cuento que cancelé todos los arreglos de viaje
Miré una por una las caras de esas personas a quienes quería y por quienes lo había dado todo, sin poder creer que ahora pretendiesen hacerme a un lado por una aparecida, solo porque tenía la sangre «correcta».Mamá rompió el silencio enseguida.—Por supuesto que Evelina le va a ceder el viaje a Lucía. Al final, es la que más quiere a la familia.Ni tiempo me dieron de quejarme.—Evelina, ve a hacer la cena. Hoy tienes que preparar un banquete para celebrar nuestro viaje.Ya no podía más. Me levanté de la mesa.—Festejen sin mí. Yo me voy a cenar afuera.—Nos vamos mañana. ¿A dónde crees que vas? ¿Ya armaste las maletas? —dijo papá.—¿Ahora resulta que los omegas son tan delicados que no pueden hacerlo? —contesté con rabia.—Evelina, espera... —dijo Pedro intentando detenerme. Me di la vuelta, con el brillo de mi loba en los ojos.—Cierra la boca.Papá y Pedro se quedaron congelados, viéndome salir.Me fui sola a un spa y me gasté mil dólares en un tratamiento de belleza,
Último capítulo