Salvatore se dirigió a su oficina, seguido por Abele.
—¿Qué es lo que querías decirme?
—Perdimos a la señorita Nina.
Justo cuando creía que las cosas estaban mejorando.
—¿Cómo sucedió? Se supone que tenías a alguien vigilándola.
Después del incidente con Isabella, sus hombres habían llevado a Nina con la policía debido a que había violado su orden de alejamiento. Había estado encerrada apenas unas cuantas horas antes de que sus padres se encargaran de pagar su fianza. Salvatore había hablado con ellos y les había sugerido que la devolvieran al centro psiquiátrico.
Con todo lo que estaba sucediendo con Caeli, había estado demasiado ocupado para encargarse de Nina. Así que le había ordenado a Abele que pusiera a alguien a seguirla en todo momento y que le informaran de cualquier cosa que luciera sospechosa.
Nina había estado recluida en su casa y no había hecho ningún intento por contactarlo desde la última vez que la vio.
—Ayer por la tarde acudió a una fiesta en casa de unos