Maximiliano sube las cosas rápidamente y por sorprendente que parezca, trae a su padre con nosotros, por lo que, observo confundido a mi esposo.
— Lo llevaremos a Suiza, nos queda de camino a donde iremos.— Por favor, no tengan sexo en mi presencia, es asqueroso escuchar los gemidos de otros y no poder matarlos por irrespetuosos. — dice el señor Barack y yo me ruborizo.— ¿Dónde está Samantha?— Ella no viene con nosotros.— Yo quiero que venga, pero tu esposo insiste que no es necesario. — dice mi suegro.— Que venga, así se hace cargo de tu padre y él no está solo. — pido y Maximiliano duda, pero, después de ayudar a subir a su padre, entra a la casa para traer a una sonriente Samantha.El señor Barack niega lentamente para después mirarme con un: te lo dije.Así que, finjo que no sé qué qui