Después de una burla que dejó a los chicos huyendo de Axael, me quedo con ella hasta que envío por mensaje la orden de que le den sedantes a mi esposa, porque seguro mató confianza.
— Maximiliano, ¿realmente debes ir con esos tontos?— Sí, desgraciadamente debo hacerlo. Esos tontos no saben respirar y pensar al mismo tiempo. — digo con molestia.— Puedes ir, yo me portaré bien. — dice Axael.— Espero que sea así, no quiero tener un nuevo susto. Te prometo que volveré pronto.— Un momento, ¿Por qué tengo tanto sueño? — pregunta ella y yo sonrío.‘Oh, no. Lo ha notado, si lo descubre va a matarme.’ Me digo mentalmente.— Debes estar muy cansada, amor. Duerme. Los chicos cuidarán tu sueño. — digo dándole un beso en la frente.— Maximiliano Barack… te ma