Este momento, esta precisa parte de mi vida, se llama felicidad… éxtasis… prueba del poder y clemencia de Dios… puede describirse de tantas formas que no puedo evitar arrodillarme y agradecerle a Dios por la bendición tan grande que en estos momentos estoy experimentando.
Mis peticiones que tanto imploré con el corazón y mi alma completa, están siendo escuchadas. Por eso, estoy inmensamente feliz.— Dios los bendiga a todos. Es un magnífico día para ver tantos milagros juntos. Sin duda, Dios se apiadó de mi hermosa esposa y por eso, tenemos más tiempo juntos.— Me alegra que este feliz pero…— Debo cuidarla, eso lo sé. Yo protegeré a mi esposa, la llevaré a todas las terapias o tratamientos médicos que consideré, estoy listo para hacer todo lo que hará que mi esposa se encuentre bien. — digo sintiendo que soy