Las horas pasan, reviso que mi hija se encuentre bien al menos ocho veces, con el fin del que tiempo pase más rápido, pero, no hay respuesta de los doctores. Estoy desesperado, a punto de enloquecer y sigo sin saber cómo se encuentra mi esposa.
‘Esto es un maldito infierno.’ Me digo mentalmente.Mi cabeza duele, mi cuerpo se siente extraño, como si ya estuviera agotada la energía de reserva, pero, me mantengo despierto porque es la angustia de saber de mi esposa lo que me mantiene despierto.‘Lo bueno es que si aún no salen es porque se encuentra con vida.’ Me digo mentalmente por millonésima vez.— Esto es una completa agonía. — digo tan cerca de la puerta que delimita la restricción que no puedo volver a pasar.— Jefe, la jefa debe estar bien, ella ha demostrado lo fuerte que es. — dice Magnus.— Sí, ha lidiado con una batalla qu