Mis palabras también le impactaron a él, después de todo, llamarlo por su apellido es retroceder mucho en nuestra relación donde incluso ya lo llamaba usando un diminutivo y peleaba por él.
Pero todo avance ha quedado en el olvido gracias a su reacción, una que no me agrada pero acepto de la mejor manera posible para seguir con mi camino.— No me llames así, Axael, soy tu esposo.— Entonces actúa como tal, como el hombre que está recibiendo terapia para lidiar con su mente y no como el asesino que es jefe de la mafia.— Te casaste conmigo, así que, tendrás esas dos versiones de mí.— Entonces, no muestres tu segunda versión, porque ahora no puedo lidiar con tu salvajismo. — digo con dolor.Sin deseos de quedarme más tiempo, entro al baño con la máquina que muestra mis latidos y me quedo en la ducha mojándom