18. Nuevo Huésped
Max
Eran las dos de la madrugada y no podía dormir.
Mi estudio se había convertido en refugio. Tenía las proyecciones financieras abiertas en la laptop, pero no procesaba los números. Solo miraba la pantalla, un vaso de whisky en la mano.
Mi teléfono vibró. Isabela.
"¿Ya pensaste? Tengo miedo, Max. Por nuestro bebé."
Tomé otro trago. El líquido quemaba, pero no tanto como la confusión que me desgarraba por dentro.
Isabela lleva a mi hijo. Eso es innegable. El ultrasonido, el certificado médico, todo está documentado. Un hijo que necesita protección.
Pero Lorena tiene razón en algo: el timing. La emergencia justo después de que le pedí que no viniera sin avisar. Las lágrimas perfectas en el hospital. La petición calculada de quedarse en la mansión.
¿Estoy siendo manipulado? ¿O estoy siendo paranoico porque Lorena está sembrando dudas?
Escribí la respuesta antes de poder arrepentirme:
"Puedes quedarte. Pero son solo unos días. Hasta que te sientas mejor."
La respuesta de Isabela llegó in