El aire se llenaba del murmullo de los pasos y susurros, mientras los miembros del consejo rodeaban la explanada de piedra donde la competencia de habilidades estaba a punto de comenzar. No era un simple espectĂĄculo, sino una prueba para medir la capacidad de quienes aspiraban a liderar, proteger o desafiar las viejas tradiciones. Eira sentĂa el pulso del lugar vibrar con poder antiguo⊠y tensiĂłn latente.
A su lado, Aidan cruzaba los brazos, con los ojos fijos en el centro de la arena. No habĂa hablado mucho desde la Ășltima revelaciĂłn del consejo, pero su cercanĂa le daba a Eira una sensaciĂłn de equilibrio. Aunque lo que sentĂa dentro no era paz, sino una tormenta.
âÂżEstĂĄs segura de que quieres hacerlo? âmurmurĂł Ă©l sin apartar la vista del cĂrculo.
âNo se trata de querer. Lo necesito ârespondiĂł Eira, con la voz firmeâ. No solo por mĂ, sino por todos los que cargan con cicatrices como la mĂa. Esta prueba⊠es mi manera de gritar que estamos vivos. Que no somos dĂ©biles.
Aidan no dijo nad