El viaje continuó bajo la pálida luz del amanecer, que no trajo consuelo, sino solo una visibilidad más peligrosa, Ethan forzaba el ritmo, sabiendo que el rastro de la plata en Seth y el olor a cenizas en ellos eran faros de peligro, Lía se obligó a seguir el paso, sus músculos gritaban, pero la adrenalina y la nueva sensación de propósito la impulsaban.
Caminaron durante lo que parecieron siglos, cada paso era una batalla contra la fatiga, Seth aunque silencioso y estoico, gemía débilmente bajo la carga de la plata.
Finalmente, Ethan se detuvo, estaban en una zona de colinas cubiertas de densos helechos y árboles centenarios, Ethan se movió hacia una pared de roca que no parecía tener entrada, recitando un antiguo encantamiento en un dialecto que Lía nunca había escuchado.
El aire se onduló, la pared de roca pareció disolverse en una cortina de musgo y follaje, revelando un paso estrecho que conducía a un valle oculto.
"La Manada Libre," susurró Ethan "Un refugio, un lugar donde las viejas reglas de los alfas y las castas no se aplican, donde un lobo es juzgado por sus actos, no por su linaje."
Lía cruzó el umbral, el valle era sorprendente, un mosaico de cabañas rústicas de troncos y piedra, sin el lujo ni la opulencia de las grandes manadas, pero olía a paz y aceptación, había lobos de todas las clases y tamaños, omegas que trabajaban con orgullo y alfas que convivían con betas y deltas sin la rigidez jerárquica, eran un conjunto de renegados, y por primera vez desde el rechazo, Lía no se sintió como una paria, sino como una más.
En cuanto los vieron, los lobos de la Manada Libre se movilizaron con una eficiencia asombrosa, reconocieron al Alfa Seth de inmediato como un lobo de alto rango herido y actuaron con rapidez.
Seth fue llevado a la cabaña más grande, la de la sanadora, antes de que lo ingresaran, Seth se giró hacia Lía, sus ojos oscuros, aunque velados por el dolor, la miraron con una gratitud sincera "Te lo debo," dijo con voz áspera.
Ethan la llevó entonces a la cabaña de la sanadora, en el centro, una mujer anciana de piel curtida y ojos oscuros como obsidiana la esperaba, era Talia, una Beta que, a pesar de su rango, era reverenciada como la Alfa Mentora de este refugio.
"Acércate, Lía de Luna Roja," dijo Talia, su voz era un susurro grave, pero cargado de poder "El destino te ha traído aquí y el desprecio de tu alma gemela es lo que nos ha dado tiempo."
Talia examinó la Marca Rota de Lía, el rojo ardiente había mutado a un morado oscuro, casi negro, Lía sintió el dolor como un puñal constante.
"El lazo fue cortado con malicia," murmuró Talia, aplicando un ungüento frío de hierbas que calmó momentáneamente la punzada "Pero tu alma gemela no logró anularlo por completo, la conexión de placer y unión ha muerto, pero la energía del lazo no se ha disipado, se ha convertido en un canal anómalo, es un lienzo en blanco para la oscuridad."
Lía se estremeció "¿Un lienzo?"
"Sí," intervino Ethan, que observaba la escena con una concentración intensa "La conspiración, Lía, no es solo un juego de poder, quieren tu dolor, tu vacío, La Marca Rota es la anulación de la Diosa Luna, la imperfección necesaria para activar un poder oscuro, eres una pieza más valiosa que cualquier Beta."
Las palabras de Ethan, aunque aterradoras, eran la primera validación que Lía había recibido en su vida, su dolor tenía un propósito, aunque macabro.
Talia le dio una infusión de hierbas y la obligó a descansar.
Lía durmió hasta bien entrada la tarde, cuando despertó, se sentía fuerte, más fuerte de lo que su cuerpo maltrecho debería permitir, el dolor de la Marca Rota se había transformado en un hormigueo sutil.
Encontró a Ethan sentado afuera, afilando su cuchillo, la imagen era reconfortante, era el único punto de calma en el caos.
"Seth está despierto y consciente," le informó Ethan, sin levantar la vista "Talia dice que la plata no logró asentarse por completo, tu acción de quitar la flecha le salvó el corazón."
Lía se sentó a su lado, sin atreverse a romper la tranquilidad.
"Gracias, Ethan," dijo finalmente "Por la verdad y por no tratarme como un despojo."
Ethan se giró y la miró, sus ojos ámbar eran profundos y serios "Nunca fuiste un despojo Lía, solo te rodearon alfas arrogantes y ciegos, Aiden no te vio, no vio tu fuerza, tienes un espíritu salvaje, no te disculpes por él." Se inclinó hacia ella "El vacío de tu alma gemela puede ser curado por la aceptación, no tienes que ser su pareja para ser digna de respeto, ni de amor."
Su cercanía, la promesa de su mirada, era un bálsamo que comenzaba a sellar la herida de Lía, ella se inclinó, buscando su calor, el vínculo entre ellos crecía rápidamente, impulsado por el trauma compartido y la honestidad radical de Ethan.
El momento fue interrumpido por el Alfa Seth, que salió de la cabaña, vestía ropas limpias y, aunque un poco débil, su autoridad era innegable.
"Es hora de hablar, he confiado en ustedes dos con mi vida, ahora confiaré con mi verdad," dijo Seth, llevándolos a una cabaña privada.
Dentro, Seth se sentó pesadamente. "Los Guerreros Oscuros no me atacaron por mi manada, me atacaron buscando una antigua reliquia de mi linaje, se llama el Anillo de Obsidiana."
"¿Qué es?" preguntó Lía.
"Una llave," reveló Seth, con los ojos fijos en la nada "Una llave para despertar el poder de lo que llaman el Alpha Primigenio, el lobo original, la conspiración cree que las manadas se han debilitado con el tiempo, y que solo la sangre pura del Primigenio puede purgar la especie y devolverla a la grandeza."
Lía se estremeció, pensando en el desprecio de Aiden por los linajes Beta, la ideología de la conspiración sonaba peligrosamente similar a la arrogancia de los Alfas de sangre pura.
"Pero el ritual necesita más que solo la llave," continuó Seth. "Necesita el sacrificio y la anulación del destino, la anulación es el lazo de alma gemela roto, La Marca Rota de Lía es el catalizador, el conducto perfecto para enfocar la energía."
La revelación fue un golpe directo, su dolor no había sido casual, había sido esencial.