No es de mi agrado estar en estos eventos, pero no puedo dejar solo a Lucas. Él se encuentra distante y pensativo, no ha hablado mucho, y más de una vez lo he visto con la mirada perdida. Opté por no molestarlo, sé que no le gusta hablar; con un simple acercamiento, él sabe que no está solo y eso lo reconforta.
Lucas adoraba a su padre, era su ejemplo a seguir, su héroe; como dijo F. Scott Fitzgerald: "Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia".
Creo que ahora entiendo a lo que se refería.
—¿Cómo está? —se preocupa Alex por Lucas.
—Hecho mierda; pero no se va a dejar ver así —respondo.
—Lo superará.
—Sí, lo sé —afirmo—. Se supera, pero no se olvida.
Lucas se acerca al estrado a decir unas palabras en honor a su padre, luego del turno de su madre, quien habló y lloró sin poder contenerse y, conociéndola, sin querer hacerlo. Creo que le va a costar más a ella que a Lucas seguir adelante. Él va a tener que ayudar mucho a su madre para que no caiga, esa mujer amaba a su marido, se te