Capítulo 21

—¿Qué haces? —pregunta asombrada. Ya se encontraba a medio desvestir, su torso desnudo, y qué borrar para mis ojos.

—Voy a ayudar con la tensión —repito sus palabras y le sonrío.

—¿Y cómo es eso?— sigue el juego cruzándose de brazos.

—Ya verás —dicho esto, me acerco y paso mi lengua por sus labios, provocando que jadee.

Comenzo a besarle el cuello, pasando también mi lengua. Con unas de mis manos empiezo a bajar desde su pecho hacia el cinturón del pantalón, una vez allí bordeo la cinturilla, provocando en él ese gruñido que sale de lo profundo de su garganta y que me fascina. Con un movimiento certero desabrocho su pantalón y aventuro mi mano dentro de estos. Siento como su respiración se vuelve más forzosa y observa como cierra los ojos. Tomo su erección con mis manos, voy de arriba abajo, frotándosela fuerte; Puedo sentir cómo jadea mi nombre y me toma con fuerza de las muñecas.

—Para, ángel... Por favor, para —murmura.

—Eso no va a pasar.

Desconcertándolo, bajo, poniéndome de rodillas ante él, todavía con mis manos agarradas por las suyas. Paso mi lengua por su miembro y puedo ver como su cuerpo se estremece, sonrío por cómo reacciona su cuerpo bajo mi toque. Tomo su erección con mi boca y empujo, metiéndomela lo más que puedo adentro; comienzo a succionar ya apretar con mis labios. Las manos de Alex toman con más fuerza mis muñecas, pero no me quejo y sigo mi trabajo. Tiene un pene potente, grande, y sus venas están a punto de revender.

—Lina...no voy a aguantar mucho más —jadea.

—Déjate ir —repito sus palabras y muerto, delicadamente, la punta de su glande.

—Así, ángel... voy a comportarme como un idiota.

—Ya lo eres... Haz lo que tengas que hacer.

Me mira y le dedica una sonrisa. Cierra los ojos y suelta mis manos para tomar mi cabello y obligarme a que meta más profundo su miembro en mi boca, yo lo hago respirando profundamente y comienza a moverse de forma primitiva empuñando mi cabello, y con la otra mano agarrando mi rostro. Su cuerpo se tensa y automáticamente saca sus manos de mí, como si recuperara la cordura; Quiere sacar su miembro de mi boca, pero no lo dejo, pongo mis manos en su culo y lo traigo más a mí.

—Me voy a correr —me hace saber para que lo deje ir.

-Perder.

Aprieto con más fuerza mis labios alrededor de su pene y succiono, esperando que acabe dentro de mi boca, a pesar de su resistencia. Unos segundos después se estaba corriendo; Sé que se está conteniendo para no ser brusco, pero no me importa, no me voy a hacerme a un lado hasta que no termine. Cuando acabó, me levanto y quedó frente a él.

—Definitivamente, me vas a volver loco —masculla, abriendo los ojos para mirarme.

—No te preocupes, eso no va a pasar —le doy un beso en los labios y quiero alejarme para irme, pero él me toma de la cintura y me aprieta contra su cuerpo, besándome con pasión y con fuerza.

—Creo que ya es tarde —murmura contra mi boca.

Yo salgo rápidamente de su agarre y del baño, dejando su comentario en el aire.

—No puedo creer que vaya a hacer esto —niego, mientras entra al agua con la tabla bajo del brazo, y con Alex a mi lado.

—Te desafió, y eres tan testaruda, que tenías que demostrar que puedes con esto —afirma como si realmente me conociera.

—Puedo con esto; no tengo que demostrar nada, solo quiero que capture la imagen cuando me levante en la jodida tabla —le dedico una sonrisa y me recuesto en la tabla.

—Bien, vayamos más adentro; en cuanto se acerque una ola vamos hacia atrás. Cuando te avise, tratas de levantarte y estabilizarte sobre ella, manteniendo los pies separados y flexionando un poco las rodillas, ¿entien-des?

—Sí, señor —digo, haciendo un saludo militar.

Bueno, después de caerme incontables veces y escuchar a Alex diciéndome que lo dejara, que por hoy era suficiente, que me podía lastimar «y no sé qué más decía», porque yo me negaba rotundamente a dejar de intentarlo. No iba a salir de aquí hasta que me hubiera parado sobre esta maldita tabla. Y lo logré, con casi medio cuerpo dormido pude pararme en la bendita tabla y quedarme unos cinco segundos, antes de caer y tragar mucha agua; Todo por gritarle a Sole, para hacerle cerrar su estúpida boca. Salí del agua y, con mi gran sonrisa de triunfo, me acerqué a ella tirándome encima y mordiéndole el rostro con cuidado.

—¿Quién es la mejor?—pregunto entre mordida—. No hay nada que Lina Rinaldi no puede hacer... Toma eso, Sole, anótalo para tu próximo desafío.

—Sal de encima y déjá de morderme, perra —chilla.

Alex me agarra de la cintura, alzándome para sacarme de encima de ella, y me pone delante de él.

—Lo hiciste bien, pero podrías haberte lastimado; estuviste mucho tiempo ahí, te podría haber agarrado un calambre.

—El "podría", conmigo no cuenta; no pasó —contesto, y lo beso.

—Creo que esta chica tiene problemas de competitividad —declara Erik.

—Exacto —coincide Sole.

—No importa, me levanté en esa puta tabla por cincos segundos —me burlo de Sole sacándole la lengua.

—Estás loca —refunfuña.

Me tiro a su lado, trayendo a Alex conmigo, y nos tumbamos a descansar un poco; Estaba muy adolorida, todo mi cuerpo temblaba ligeramente y sentía que mis músculos iban a explotar. Pero estaba contenta y, además, me gustó mucho surfear.

 

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