𝐂𝐀𝐒𝐒𝐈𝐀𝐍 𝐑𝐎𝐒𝐓𝐎𝐕
El rugido del Bugatti Chiron me hizo reír. Lo detuve con una mano mientras con la otra me fumaba un cigarrillo. Ser abogado significa muchas cosas; entre ellas, jugar sucio. Me gustan los juegos, y el dolor de los demás es mi gloria. He sido solicitado y no me negué, ya que Mavie me sugirió que ayudará a estos necesitados. No le niego nada a mi esposa. Miré por el retrovisor del auto, y ahí lo vi: un demonio que cree poder jugar en el territorio del diablo. Abrí la puerta del auto y abandoné mi peligroso vehículo, tan letal como yo. Coloqué una mano en mi bolsillo y con la otra sostenía el cigarrillo. El aparcamiento estaba a oscuras, y esos lugares siempre han sido mis favoritos; fue aquí donde cometí mi primer asesinato.
Los guardaespaldas de Evander Cosse, al verme acercarme, se colocaron frente a él. Tomé la antena de un Mercedes, arrancándola con facilidad mientras caminaba hacia ellos. El hombre me miró, y en sus ojos pude ver el miedo. Uno de