Capitulo 5

NIKOLAI

Terminó de ducharme y enrollo una toalla alrededor de mi cintura. Agarro otra para secar mi cabello mientras salgo del baño. Lanzó la toalla a una esquina de mi habitación dirigiéndome al walk in closet. Abrí el cajón de dónde sacó mi boxer y me lo pongo en segundos seguido volteo a mi espalda donde están mis trajes. Elegí uno beige de la marca Hockerty de tres piezas, en un minuto termino de vestirme. Me coloco mi reloj y por último me roció el perfume. Agarro un abrigo largo de color negro y me coloco.

Tomé mi teléfono y marcó el número de mi amigo Brian.

— Nikolai ¿A qué se debe tu extraña llamada? — rodó los ojos tomando la llave de mi auto.

— ¿Alguna información que me tengas que informar?

— Oh, si se trata de la chica de cabello plateado no hay noticias de ella desde la última vez que fue cuando salió de la mansión de su padre — dice del otro lado del teléfono — Pero si hay alguna cosa por más pequeña que sea porque tú me lo dijiste te lo informaré.

— Mantenme informado Brian — ordene seriamente — Manda a Darya a buscar a Dex.

— Sí amigo — antes de que termine corte la llamada.

Salgo de mi penthouse y subo al ascensor. En un minuto llegó al estacionamiento y voy directo a mi Aston Martin plateado. El plateado se volvió mi color favorito desde que esa mujer apareció y desapareció de mi vida con un fantasma que fue fácil de encontrar pero difícil de ver.

No hemos ni un tipo de encuentro de los siempre desee, nada. Ni un beso ni un rose y es lo que más lamento por ese día que la ayudamos. Pero de alguna forma esa mujer no sale de mi cabeza impidiendo que tenga algún contacto con otra mujer que no sea ella en mis pensamientos repitiendo esa escena del callejón donde la llevaron e intentaron abusar de Aria. Su expresión tímida, temerosa y tierna que tenía en ese entonces dio un revuelto en mi estómago y sin dudarlo quise matar a esos imbéciles.

Sus ojos verdes llorosos hicieron que me preocupara por ella y todavía lo sigo haciendo, no se que hace, si está bien o no, si come bien o no. Quiero saber muchas cosas de ella. Y quiero que esté conmigo y es por eso que lo único que puedo hacer es verla a la distancia de vez en cuando.

Es lo que estoy por hacer ahora mismo. Ir a Grecia a verla.

Aceleré con más rapidez ansiando llegar a mi aeropuerto personal. En eso suena mi móvil intento ignorar pero en la pantalla aparece el nombre de Brian entonces decidí responder.

— Más vale que valga la pena interrumpirme en medio de la carretera Brian.

— Calma joven amo — dice con burla, jamás lo llevaré de vuelta a la casa de mi madre — Son buenas noticias, yo que tú frenaría si no quieres tener un accidente y no ver a tu muñeca jamás.

De inmediato aparco a un costado de la carretera.

— Imbécil — espetó cabreado — habla ya.

— Hay te va pero no actúes como un acosador, la niña querrá correr de ti.

— Uno — empecé a contar fríamente — dos…

— Ella está bajando de un avión ahora mismo — eso fue como si me hubiera tirado un balde de agua fría, mi respiración se cortó y mi mente se volvió blanco — Como te dije…

— ¿Qué m****a dijiste? — pregunté otra vez sin poder creerlo, después de tantos años ella volvió.

— Tu muñeca volvió a Rusia joven amo. Es lo que puedo ver desde el mejor sistema que tengo disponible.

— ¿A cuánto estoy de distancia?

— A unos cinco minutos — habla — apúrate porque está acompañada de muchos hombres.

— Si me estás jodiendo te voy a matar Juan.

— Oye idiota — suelta enojado provocando que me ría de el — Deja de llamarme así, soy Brian.

— Estás hablando con Nikolai Malishev, imbécil — corte la llamada tomando rumbo aquel aeropuerto.

Cómo el imbécil de Brian erró en lo que dijo porque en cuatros minutos atravesé el aeropuerto. Buscó en alguna parte del estacionamiento señal de ella y su familia.

Freno de golpe cuando una camioneta blanca frena en medio de la carretera a unos metros de mi y en eso note a la mujer que me tiene como un demente deseándola bajar con prisa. Detrás de ella su hermano la espera afuera de la camioneta y me doy cuenta que ordena a alguien acompañarla.

Bajo de mi coche en segundos, caminando a zancadas hacia ella y a ese tipo. A cada paso que doy mi corazón late rápido y mis manos pican. Mi mente se vuelve blanco con solamente ella en mi cabeza. Estoy cada vez más cerca de ella y no se da cuenta porque estoy a su espalda, veo como se inca en el suelo sucio, frío y mojado eso hizo enojarme. ¿Por qué deja que ella haga esto? Lo detesto.

Deje de caminar dejando mis ojos en el piso mirando un collar con un pequeño diamante verde esmeralda y lo que me captó fue lo brilloso que es. Rio burlesco tomándolo en mi mano para seguir caminando hacia mi muñeca.

— Aria Hatzis — ladeo mi cabeza viendo al imbécil que la tocó hace unos cinco segundos.

— ¿Hola, me conoce? — habla ella confundida provocando que sonría y a la vez sentir a mi ego lastimado.

— Para mi fortuna si — camine despacio acercándome a ella — ¿Buscas esto? — abrí la palma de mi mano haciendo que el collar quede colgado en mis dedos, viéndola fijo.

— Mi collar — mi corazón se aprieta cuando la veo sonreír por primera vez — Gracias, estaba buscándolo.

— Con ese andurriasmo — espetó con desprecio.

— Dámelo es mío — pide con sus cejas enarcadas.

— Ya lo confirme — concluí mi locura por esta niña.

— ¿Qué? — me ve sin entenderme, me entenderá y se lo haré entender — ¿Puedes dármelo por favor?

— Luego — recalque, cortando la distancia que nos separa probando que se ponga nerviosa tropezando con sus piernas y antes que caiga la sostengo de la cintura sin desaprovechar el momento — Ten cuidado — remarque con mi voz normalmente sería sin apartar mis ojos de ella.

— Es su culpa — posa su mano sobre mis brazos y me aparta, sonrió viendo sus mejillas rojas haciéndola más hermosa — No tiene que acercarse de esa manera a cualquiera.

— Entiendo.

— Es incómodo ¿Me puedes dar mi collar? Se me hace tarde y me están esperando.

— No me complace hacerlo.

— Es mío y no es tuyo — remarcó lo último con molestia.

— Pues lo ví y lo encontré yo, eso significa que ahora es mío — guardó su collar en mi saco con sus ojos desesperados sobre ellos —. Me pertenece.

— Pero es mío — entrecerró los ojos y hizo un puchero tierno.

— Así como tú, que eres la prueba a eso — se lo anuncie y me inclino a su uno cincuenta metro de altura, es muy pequeña, mis manos pican por querer tocarla — Volviste a mi, muñeca mia.

— ¿Nikolai? — inquirió con el ceño fruncido.

— Muñeca estás más hermosa — confesé con la seriedad que es difícil de quitarme.

— Eh..ah — ella intenta sonreír calmada pero su nerviosismo no se lo permite.

— Si quieres tu collar, concédeme una cita y te lo devolveré.

Ella muerde sus labios y mueve sus piernas mirando hacia la camioneta por donde viene su hermano.

Maldito imbécil. Interrumpe nuestro momento.

— Lo siento pero no puedo — dice cuando su hermano llega en ese instante separándose de mi.

— Aria ¿Estás bien? — enarque ambas cejas con mis ojos sobre el que me ve de la misma forma.

— Si y creo que perdí mi collar— veo como se agarra del brazo de su hermano, regalándome su mirada enojada — Mejor vámonos.

Metí mis manos en el bolsillo de mi pantalón echando mis ojos fríos en sus manos y después verla a la cara con seriedad. Noto como ella traga grueso, Azriel leí en el informe que se llamaba así, se gira a verme y frunce el ceño levantando su mentón.

— Azriel Hatzis — estira su brazo queriendo estrechar la mano, suspiro y no me queda otra que aceptarla.

— Nikolai Malishev — aclare con mi gesto serio.

— Lo sé — respondió — No me olvidó de ti porque una vez salvaste a mi hermana. Además de eso, tengo algunos negocios con tu padre.

Negocios con mi padre. Entonces está en la mafia y eso hace que mi preocupación sea más grande hacia mi pequeña.

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