—¡Ja! —Rodrigo arroja media sonrisa, en tono de burla, y eso molesta a Hyden.
—¿Qué? ¿Te parece muy gracioso andar con mujeres casadas?
—Cuida tus palabras, Mackenzie. —Le advierte, señalándolo con el dedo.
—¿Cómo cuidarlas? Si es obvio que mi mujer y tú…
—Te prohíbo que insinúes cosas que puedan dañar el nombre de Paula. —Lo interrumpe de inmediato, levantándose de su asiento.
—Tú no me prohíbes nada. —Responde Hyden, que realmente quería propinarle un golpe en ese momento, para destruir su cara de gigoló, pero Paula se levanta, para evitar un enfrentamiento.
—¡Nos vamos! —Mira a su hermano aterrada, y él le hace caso.
—Tú te vienes conmigo. —La toma de la mano Hyden, pero ella se suelta. Carla y Carolina, observaban desde hace un par de segundos en la puerta del restaurante.
«¡Respira hondo, Paula!» Aquí está Rodrigo, y no puedes hacer una escena —Piensa, diciéndose a sí misma.
Le sonríe a Rodrigo y a Sandra con amabilidad, mientras le hace a la vez caras