Mundo ficciónIniciar sesiónEl doctor me observó detenidamente, sopesando la situación. El silencio se apoderó de la habitación mientras esperábamos su decisión. De repente, un apuesto joven llegó y se presentó como Gabriel D'Alessi. Al escucharme, nos indicó que lo siguiéramos. Una silla de ruedas apareció como por arte de magia, y sin más, nos dirigimos a una habitación, una especie de búnker con gruesas paredes de concreto y una puerta de acero reforzado. Pude comprobar que lo que me había contado mi hermana era cierto.
Nos detuvimos para introducir una clave en cada puerta que cruzábamos, lo cual me fue llenando de una extraña tranquilidad. Una vez dentro, me acomodaron en una cómoda cama similar a la anterior. —Aquí estarás segura —dijo Evelin con voz suave—. Aunque si te diste cuenta, toda la casa es muy segura, y ni yo s






