Mundo ficciónIniciar sesiónFABRIZIO:
Eso era verdad, el abuelo se sentó, observando cómo le pasaba la navaja por la frente de la abuela, me dí gusto de cortar el tatuaje de un tajo, como si con ello le quitara todo su poder. Con una sonrisa fría que no alcanzaba mis ojos, saqué mi teléfono y llamé a mi hermano Giovanni. Conocía que la abuela le tenía terror luego que el alumno superó a su maestra en crueldad.
—Giovanni, necesitamos tus servicios en la finca del abuelo. Te quiero aquí ya, no me gusta embarrarme —hice una pausa mirando como se estremecía la falsa abuela y luego para que se asustara más, añadí—. Trae a Kiro contigo también, hoy se van a graduar. La abuela al escuchar eso y aunque visiblemente se esforzaba por mantener su actitud, se estremecía violentamente ante la fría mirada que le dedicamos los tres. Con movimientos






