Ella es mía.
El aire en la sala de estar era denso. Rafael quería fulminar con la mirada a su amigo. Había abrazado a su hermosa Emma estando semi desnuda, su respiración parecía la de un león enfurecido.
— Rafael, ¿Qué significa esto? — Alexander movía las manos haciendo una señal de pregunta a su amigo en susurros. Estaba por voltear a señalar a la bella pelirroja cuando...
— No voltees a verla subiendo las escaleras o te saco los ojos Alexander. — Rafael respondía con los dientes apretados.
— No te conocía que fueras tan posesivo, nunca antes te mostraste así, además me parece muy canalla de ti parte que tengas aquí a Emma estando comprometido para casarte con otra mujer, ¿Acaso la piensas hacer tu amante, o ya lo hiciste?
El CEO ruso era directo y no se iba a callar lo que pensaba.
— No voy a hacer tal cosa.
— ¿Entonces que es esto? Si yo me atreviera a hacer algo así con una buena chica, mi madre se decepcionaría de mí por completo, ella siempre nos ha inculcado el respeto h