La cigüeña llama a la puerta.
El CEO Montana no había criado a sus hijos para que embarazaran a una mujer y después casarse con ella, eso era hacer las cosas al revés. Además se trataba de una joven Ivanov.
— !Que demonios Donovan, embarazar a una joven no es cualquier cosa, mucho menos a Serena Ivanov! ¿Sabes lo que va a querer hacerte ese CEO Ruso cuando se entere?
— Por supuesto que lo sé, pero no soy ningún cobarde, daré la cara, amo Serena, quiero que sea mi esposa, ya la había elegido de todas formas. Ella... Es perfecta para mí, papá. ¿Me acompañarás?
(...)
En la mansión Ivanov, el ruso se encontraba bebiendo un café tranquilamente en su despacho, estaba checando unos estados de cuenta cuando le avisaron que el CEO Montana quería verlo.
— Señor Sergey, el CEO, el que parece rey, está con todas sus guardaespaldas afuera de la villa, él ha pedido verlo.
Cómo todos los Montana tenían un equipo especial de guardaespaldas, el hombre ruso no sabía de quién de ellos se trataba realmente.
— Hazl