Fin....
Hubo un silencio en la habitación, fue el padre del bebé quien habló.
— Kei, ¿Nombraste a nuestro hijo sin tomarme en cuenta? Pensé que lo haríamos juntos.
— Yo dí a luz a este bebé, a mí me dolió lo indecible, ni siquiera me puedo mover, ¿Y me vas a decir que no puedo nombrar a mi hijo? — Kei estaba con un erizo enfadado.
— No es cariño, es solo que pensé que tal vez le pondríamos mi nombre, después de todo es mi primogénito.
— Lo nombraremos Sergey, como mi padre, dame ese gusto, al siguiente bebé le llamaremos Dominic, ¿Sí?
— Está bien, pero esta es una promesa, ¿Eh? No la voy a olvidar.
— ¡Es tan hermoso, tan idéntico a mi Dominic, gracias Keinela por darnos este pedacito de cielo! Adriana estaba muy feliz de ser abuela.
Cuando llegó el turno de Sergey, el CEO sonrió, había vencido a Lombardi, su primer nieto en común llevaría su nombre.
— Yo te voy a enseñar a hablar ruso. Solo espera a que crezcas un poco. Espero que seas tan bueno como tú madre para apre