Danos tu bendición, papá...
La noche llegó, los Ivanov llegaban a la villa Lombardi, Sergey vestía en un traje oscuro, un fino reloj y zapatos de cuero. El imponente ruso aunque maduro, seguía siendo muy atractivo.
La hermosa Isabella, como siempre con porte de reina envuelta en un vestido de diseñador pero discreto, su elegancia y belleza resaltaban por si mismas.
El prometido es el que estaba un poco nervioso, y no era para menos, estaba seguro que a su suegro no le haría nada de gracia la idea de que su hija menor se casará tan pronto.
— No puedo creer que estemos aquí, Pero todo sea por esos nietos que no deben ser robados de la familia Ivanov.
Sergey venía a pelear su futuro lugar como abuelo.
(...)
Donovan, ¿Ya estás listo? Sergey e Isabella ya no demoran en llegar. ¿Cómo me veo?
— Hermosa como siempre, aunque no entiendo por qué estás tan alegre. ¡Está situación es ridícula, no estoy de acuerdo, no quiero bajar!
— Donovan, si no apoyas a Isadora, en el futuro cuando tenga hijos con A