Narrador.

Irina se fue a galope por una vereda a la que siempre salía a trotar acompañada de Miguel. Se fue sin rumbo fijo, mientras las imágenes de esas fotografías pasaban por su mente. A la vez, podía escuchar la fuerte risa siniestra de su prima al burlarse de ella; se la imaginaba sintiendo gracia por su actitud cada vez que la celaba con el hombre que era su amante desde antes de que ella apareciera en su vida.

Sin saber por cuánto tiempo corrió, reconoció a Orlando, que se acercó a ella trotando a su ritmo para poder alcanzarla, mientras Miguel también galopaba por rumbo contrario, desesperado, buscándola.

Ella miró hacia adelante sin reconocer el terreno en el cual se encontraban. No era que conociera a la perfección la hacienda, pero sabía que no estaban dentro de ella. Fue bajando la intensidad, sin saber si su yegua estaba agotada o era ella la que estaba cansada, a la vez que Orlando se inclinaba para tomar la rienda, deteniendo a Mariposa, poniéndose en peligro al estar d