Ethan conducía sin una dirección fija; su mente estaba en ruinas. La idea de ser padre lo martirizaba. ¿Cómo sería un modelo que seguir si nunca tuvo uno? Trataba de hacer cuentas una y otra vez, negaba su realidad, no obstante, una pequeña voz en su interior lo hacía dudar.
—¡¿Dios, y si es cierto?! ¿Qué haré con un bebé de cinco meses? —En su desesperación, invocaba el nombre de su madre, queriendo una respuesta—. ¡Demonios! Esto era lo único que me faltaba; parece ser que mis errores… —Su celular sonó—. ¿Alan, qué sucede? ¿Por qué hay tantas llamadas de tu número?
—¡¿Dónde estás?! —La voz de Margaret sonó algo ronca; todo indicaba que había llorado durante horas—. ¡Contesta! ¿Estás con ella?
—Espera por mí —Ethan colgó y condujo a toda velocidad para llegar a su Pent-house. Margaret lo esperaba en su habitación.
—¿Te acostaste con ella? —golpeaba su pecho incesantemente—. ¡No te quedes callado! Ten los pantalones suficientes para admitirlo.
—Entre Alison y yo no hay nada. ¿Qué te h