Alice ama este momento a solas con él, sin discusiones, sin miradas que la hagan sentirse rechazada, pero aún más, que Damián esté demostrando que entre Mariana y él no hay nada, cada vez la hace sentir seguridad en esa parte.
—¿Desayunamos? —pregunta Damian, y las mejillas de Alice están sonrojadas por la forma en que Damián la mira.
—Claro… buen provecho —responde nerviosa y se dispone a comer—. ¿Y cómo van las cosas en tu empresa? —intenta mantener una conversación normal con él.
—Sobrellevando, igual no hay nada que me detenga, seguiré siendo el mejor aunque muchos quieran mi posición —comenta y Alice capta que quizás sus palabras tienen algo que ver con la visita que le hizo ayer a Dylan—. ¿Cómo te fue en Élite? —su pregunta la hace tragar grueso, aún no le ha dicho que Thomas es socio.
—Bien… pequeños inconvenientes y decisiones repentinas de mi padre.
—¿Cómo cuáles? —pregunta y Alice no sabe cómo decirle, no quiere que el momento en pareja se arruine.
—Creo que lo mejor es desay