Capítulo 12. Parte 4
Antonella:
Camino como un zombi hacia el centro de la sala, mientras miro a todos los padres expectantes, y el guapo de Diego tiene la mirada hacia abajo. Trago saliva, me paso la lengua por los labios, y de repente me da una sed tremenda, pero me aguanto, tengo que continuar con la reunión, aunque siento que mis piernas tiemblan y mis manos sudan como si todos pudieran ver mis secretos más oscuros.
«Mi secreto más oscuro: Diego, sentado al lado de su fabulosa esposa, en la reunión de padres de mi alumno, y para culminar, yo tartamudeando.»
—Bien..., este... ¿Quién propone algo para el día de la coronación? Re.... recuerden... que te tenemos que que que... Lo siento —me disculpo y continúo—. Tenemos que juntar dinero para la institución que nos tocó, es pa pa para los niños que que quemados...
«Noooooooo».
—¿Qué te pasa? —susurra Cinnia en mi oído, y solo me limito a mirarla angustiada, recordando que no tiene idea de mi pecadito, que se acaba de convertir en pecadote, pues el hombre