Antonella:

Mi corazón da un brinco, y luego otro, y otro, sin poder creer que el papelito que me causó tanto fastidio me hiciera después tan feliz. Me voy al baño rápidamente, lavo mis dientes, me miro al espejo, y lamentablemente no me siento tan guapa, haciéndome pensar en que debería hacer algo al respecto para sentirme mejor conmigo misma. Me saco la ropa, tomo mis pechos, y pienso en los senos de Ambra, en que ella es de un físico envidiable...

«Y, ¿si me pongo implantes?»

Me perfumo, y salgo a toda prisa del baño para sacar de mi maleta un conjunto decente de ropa interior; me pongo solo las bragas, para luego ponerme un vestido y unas sandalias planas. Tomo mi bolso y la tarjeta del cuarto, porque es obvio que esto es moderno, nada de llavecitas; cierro la puerta, y me voy prácticamente corriendo a la habitación 607.

Antes de subir al ascensor tiro el bendito papel a un basurero, y me voy a mi destino con los nervios de punta, porque sé que está mal, pero juro por Dios que no p