—Sigo sin entender por qué.
—Pues porque lo digo yo. ¿Acaso no es razón suficiente?
Clavé la mirada en Darian con desprecio, preguntándome cómo era posible odiar tanto a alguien a quien alguna vez se había amado.
—¿Y qué se supone que debo ponerme?
—Un vestido elegante. Es una reunión importante y quiero que deslumbres a todos.
—¿Todos? ¿A dónde me estás llevando?
Darian se llevó las manos al rostro, arrastrándolas desde la frente con fastidio.
—Nyra… —suspiró—. Prepárate. Nos vamos en dos horas, y más te vale lucir despampanante.
Solté un suspiro y me dejé caer sobre la cama con desgano, mientras lo oía alejarse escaleras abajo. Mi mente, sin embargo, no estaba con él. Volaba lejos… hasta Kael.
Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas al recordar su expresión de asco la última vez que lo vi.
—¿Qué…?
—Tienes que confiar en mí, Kael, por favor —le rogué, juntando las manos contra mi pecho.
—¿Qué me estás diciendo?
—Kael… hay cosas que…
Se incorporó, dejando atrás la posición de rodi