Lobo Blanco parte X.
Lo primero que hice fue cortar los tendones de sus piernas. Necesitaba ir a revisar a los cachorros.
Esperaba que eso no tardara más de unos minutos, pero no me arriesgaría a que Rebeka despertara y decidiera huir al ver la carnicería sobre el suelo.
Sonreí lentamente.
Bueno, si se despierta estara ansiosa y preguntándose si le haré lo mismo que a Tax.
Antes de buscarlos, necesitaba limpiar la sangre que me cubría.
El río no estaba lejos; podía escucharlo entre los árboles, un poco más allá de la Casa de la Manada.
Caminé hasta la orilla y me arrodillé. El agua estaba helada, pero era necesaria. Me hundí hasta los codos, restregando brazos, manos, rostro, cuello. La corriente se tiñó de rojo y se la llevó lejos, como si intentara borrar lo que acababa de ocurrir. No podía borrar el olor, no del todo, pero al menos la sensación pegajosa desapareció.
Cuando terminé, el agua chorreaba de mi cabello y la camisa rasgada se pegaba a mi torso. Volví por el mismo camino hasta l