Esa noche, después de cenar, salí al jardín.
El aire estaba frío, pero no tanto como para obligarme a regresar.
Necesitaba respirar.
No queria hablar con Eiden.
Demasiados secretos habian quedado a la luz.
Al menos de su parte. El sabe todo de mi. El lo dijo desde que nos vimos en el lago.
Soy suya.
Se me llenan los ojos de lagrimas y me siento en el sillon de madera y decorado con cojines de color rosa palido.
—¿Por qué yo?—susurré mirando la luna.
Me siento que le pertenezco. Que en verdad es el hombre que siempre amaré. Es una conexion tan rara, pero me resulta fácil enamorarme de él.
Le di mi cuerpo.
Le ofrecí mi virginidad en bandeja de plata.
Me entregué a el por completo. El lo dijo, dijo que estabamos destinados, ¿Pero como siguir creyendo eso ahora cuando es obvio que estuvo con Lena?
Es muy probable que sus amigas, las gemelas brujas, estén tan incomodas por mi culpa.
Quizá Lena cuando las llamó les dijo sobre mi.
Y mi sello, la unión mía con Daren depende de un grupo