El aroma del pan recién horneado y el vapor del té con raíz de lupino apenas llenaban el aire matutino en la Torre del AlFa. Darién estaba sentado a la cabeza de la mesa, con la mirada perdida en el vacío de su taza. Alzó el pan a medio comer, pero justo cuando iba a morderlo, un ardor le atravesó el pecho, directo al punto donde residía su vínculo.
Se estremeció.
Una descarga de energía atravesó su columna como una llamarada invisible. Cerró los ojos y contuvo el aliento. Su corazón latía más rápido de lo normal.
"¿Aeryn…?"
Su lobo interior aulló, movido por la misma esperanza. Durante un segundo, la sensación fue tan intensa que sintió que ella estaba cerca. Que quizás había regresado, que el vínculo había vuelto a abrirse…
Pero no era eso.
Lo supo en cuanto intentó conectar con ella. El canal seguía allí, no roto… pero distante. Como si un muro de fuego y voluntad se interpusiera. Estaba lejos. Y algo dentro de él sabía que no volvería pronto.
Dejó el pan a un lado y