El fuego crepitaba suavemente , lanzando sombras anaranjadas. Aeryn permanecía sentada, envuelta en su capa de viaje, observando el contenido de la caja ancestral que acababa de devolverle su pasado. Había leído, llorado, y sentido que todo su mundo se volcaba. Ya no solo era Aeryn Thorneveil, la loba huérfana marcada por una tragedia, la Luna caida y desterrada, la que se levanto como Alfa.
Ahora sabía su verdadero nombre: Nyrea Ignarossa.
Pero, ¿qué hacer con esa verdad?
Suspiró, observando sus manos. "¿Debo llamarme Aeryn o Nyrea?", preguntó en voz baja, más para sí misma que para los presentes. Valzrum, que estaba cerca, la observaba con la seriedad de quien carga con verdades antiguas.
"Ambas son tuyas," dijo finalmente. "Aeryn es la guerrera que has forjado. Nyrea es el legado que arde en tu sangre. Cuando decidas unirlas, cuando las aceptes, entonces podrás elegir cuál usar."
Aeryn bajó la mirada. Las preguntas la asediaban: ¿Revelaría su linaje ahora o esperaría? ¿Cómo re