Capítulo 10: La Leyenda Olvidada
El silencio del bosque era diferente al amanecer. No era vacío. Era solemne. Como si los árboles recordaran algo que los lobos habían olvidado.
Cael permanecía de pie, la mirada clavada en el horizonte donde la primera luz filtraba entre las ramas altas.
—¿Sabes por qué te traje aquí? —preguntó sin girarse.
Aeryn negó con la cabeza, aunque él no la miraba.
—Este lugar no está marcado en los mapas. Ni siquiera muchos del consejo conocen su ubicación exacta. Aquí descansan los que murieron en la gran purga. Antiguos líderes de Sombranoche… y otros más antiguos aún.
Aeryn avanzó un paso, con respeto.
—¿Tiene que ver con el fuego que vi en la ceremonia?
Cael la miró entonces. Su mirada era intensa, más sombría que nunca. Pero también contenía algo extraño: orgullo.
—Te contaré una historia —dijo—. Una que se susurra como mito, pero que alguna vez fue verdad.
Se sentó sobre una piedra cubierta de líquenes. Aeryn lo imitó, sin apartar los ojos de é