Capítulo 49. Reina en llamas.
El salón privado del Club El Nogal estaba reservado desde temprano. Las paredes forradas de madera y las lámparas de cristal daban la ilusión de elegancia, pero en el aire flotaba algo más áspero: desconfianza.
Eloísa Restrepo de Castaño se sentó al centro de la mesa. El rostro perfectamente maquillado. El cabello impecable. El gesto controlado como siempre. Pero su mirada… su mirada ya no tenía seguidores. Tenía testigos.
A su izquierda, Mirna hojeaba lentamente una carpeta. A su derecha, Carolina Manrique, con su celular sin levantar la vista. Y en la esquina, sin decir una palabra, Beatriz Acuña, esperaba como quien calcula la distancia al fuego.
—¿Alguien quiere comenzar? —preguntó Eloísa, rompiendo el silencio.
—Yo —dijo Mirna con frialdad—. ¿Es cierto que fuiste tú quien negoció con Clarabella desde prisión?
Eloísa entrecerró los ojos.
—¿De verdad estamos haciendo esto? ¿Acusándome con base en rumores?
—No son rumores —intervino Beatriz, al fin—. El fiscal tiene grabaciones. Cla