Santino llegó más temprano de lo acostumbrado a la universidad, se ubicó en la entrada principal en espera de su hermana, su propósito era hacer que Anna entrara en razón para que regresara a la propiedad.

Estaba impaciente, cuando supuso que su hermana no vendría a la distancia observó que su auto se acercaba, el auto se estacionó, él se puso en pie; Anna se veía sonriente, su amiga caminaba a su lado.

De repente el rostro de Anna cambió, ella trató de evitarlo, pero Santino se interpuso en su camino, Anna soltó un gruñido mostrándose molesta ante la actitud de su hermano.

—¿Qué rayos sucede contigo, qué pretendes hacer? —cuestionó Anna.

—Lo mejor es que yo continúe, te esperaré adelante Anna —hablo Greta.

—No, no hay necesidad que te marches, igual no tengo nada de que hablar con mi hermano —aseguró Anna.

—Me tendrás que escuchar, porque de lo contrario quien estará aquí será nuestro padre, a él le importará muy poco quien los esté observando, sabes como es él —Anna tensó la mand