Leonardo acompañado de sus hombres fue a uno de sus mejores sitios nocturnos, necesitaba pensar con claridad y saber con exactitud cuál ficha mover, a quien debía atacar primero, cual sería la ficha clave para acabar para siempre con aquella maldita guerra que estaba cobrando la vida de sus seres amados.
Leonardo se encontraba sentado solo en un palco, mientras que sus hombres cuidaban de su espalda, gruñía y maldecía su mala suerte, ofuscado quería terminar con todo de una buena vez, pero lastimosamente ya no había vuelta atrás.
Su familia lo consideraba traidor, querían acabar con su vida, la familia Fiorentini lo quería muerto, sus negocios se habían complicado, acorralado como una feroz fiera era llevado directo a una sola salida, su muerte.
Leonardo apretó los puños con fuerza, su mandíbula tensa, resoplaba como una feroz fiera preparándose para desatar su furia; Marcello irrumpió sin tomarse la molestia de pedir permiso.
Leonardo giró levemente su rostro y a través de la comisu