Parte 2

La historia de Brooklyn Aidan

Brooklyn

Me siento en el pequeño y crujiente escritorio en la esquina de nuestro estudio casi sin amueblar, mirando los cristales agrietados de la ventana que nunca terminan de cerrarse del todo.

El leve silbido del viento se cuela por las rendijas, y me envuelvo con más fuerza en la manta de punto.

El techo está cubierto de manchas de agua, un recordatorio constante del tejado con goteras que el casero no se ha molestado en arreglar.

Cada vez que llueve, medio espero que se nos venga encima.

Por ahora, sin embargo, estoy más concentrada en el correo que tengo en la bandeja de entrada.

Presiono los dedos contra el teclado con cautela, como si pudiera ralentizar el tiempo si me tomo mi tiempo para abrirlo.

La línea del asunto dice: —Se necesita fotógrafo de bodas de emergencia — Mañana—. Es mi oportunidad.

Hago clic con el ratón, y el correo se abre. Es de una coordinadora de bodas con la que ya he trabajado antes. Su fotógrafo original canceló en