En la oficina de Alexander…
—Alexander, vine a verte. No estás demasiado ocupado, ¿verdad? —preguntó Yvonne, adoptando instantáneamente una expresión encantadora.
—Toma asiento —dijo él sin levantar la vista.
—Sé que no he venido en mucho tiempo porque tuve que viajar al extranjero a filmar. Creo que la próxima vez tendré que rechazar trabajos fuera del país… —comentó Yvonne tratando de llamar su atención.
Alexander seguía concentrado en los documentos. Cada movimiento suyo era imponente.
—Alexander, escuché que compraste la estación de televisión SK.
—¿Qué quieres decir? —preguntó él sin expresar emoción.
—Solo me da curiosidad por qué compraste una estación tan pequeña. ¿La estación SK merece la atención de El Grupo Golden? Pero bueno, si fue tu decisión, debes tener un propósito. Solo que… no me gusta que Maya trabaje allí.
Los ojos oscuros de Alexander se entrecerraron ligeramente. La mano que sostenía el bolígrafo se detuvo por un instante.
—La vi intentar seducir a Roberto —añad