Capítulo 28. Excelente negociación.
Francesco era demasiado perspicaz para creer en la generosidad desinteresada. Sabía que aquella oferta de elegir sin costo alguno no era un acto de caridad, sino una estrategia calculada.
El valor de las perlas que el traicionero Tobías le había arrebatado palidecía en comparación con la deslumbrante colección que ahora se extendía ante sus ojos.
Esta abundancia, cuidadosamente custodiada, representaba una oportunidad tentadora, pero también una clara indicación de que Romanov buscaría resarcirse de alguna manera, tal vez exigiendo algo más que una simple compensación monetaria por la pérdida sufrida.
La magnitud de la oferta sugería una contrapartida igualmente significativa, un precio oculto que Francesco tendría que discernir y evaluar cuidadosamente antes de dejarse llevar por la aparente fortuna que se le presentaba.
—Son realmente bellísimas —murmuró Catalina, deslizando suavemente sus dedos sobre la superficie cristalina que las mantenía protegidas.
—Así es, y aguardan el momen