—¿Estás lista? —preguntó Thiago, con la mandíbula tensa, las manos cruzadas sobre la mesa mientras el escáner del portátil terminaba de desencriptar el archivo.
Valeria asintió sin decir palabra. El silencio en el despacho era espeso, como si incluso el aire se negara a moverse antes de la tormenta.
El archivo Orquídea Roja se desplegó ante ellos. Carpeta tras carpeta, con códigos, nombres en clave, fechas. El sudor frío en la nuca de Valeria comenzó a deslizarse cuando sus ojos captaron una entrada: Paciente C-07 / Clara Moretti / Fecha de ingreso: neonatal / Médico asignado: Dra. Rubio (encubierto).
—¡Hijos de puta…! —gruñó Thiago, apretando los puños sobre el escritorio.
Los informes hablaban de una prueba experimental en una fase no autorizada. Un medicamento que se suponía aún no aprobado. Clara había sido incluida en un protocolo sin consentimiento informado real, camuflado bajo una supuesta intervención preventiva neonatal. Y lo más escalofriante: una nota al margen con inicial