Un mes después…
—Eres un estúpido Ramsés. Te dije que así no —reía con él sobre el agua.
Gaviota nos veía desde la arena, mi tío leía un libro tumbado sobre una silla frente al mar y Buzo estaba en su elemento surfeando las olas. Ramsés también ama el surf, así que naturalmente nos fuimos haciendo más cercanos, tanto que descubrí que le gustaba Olinda. Cualquiera en la casa se pudo haber dado cuenta, parecía un tonto cerca de ella y ella muy tímida, no quise explicarle a él todas las cosas horribles por las que ella pasó, solo le animé a que tuviera paciencia.
Ya en la arena, seco mi cuerpo y Gaviota se me acercó con un teléfono.
—Dicen que es para ti de parte de Eitor —dijo con seriedad.
Lo tomo expectante, hablábamos cada dos días. Hacía cuatro días que no hablaba con él.
—Hola —dije.
—Hola Jelena —era la voz de Gael, se me congeló el cuerpo, me emocioné al oír su voz, sentí tantas cosas a la vez que me quedé paralizada.
—¿Sí?
—No hemos podido contactar a Eitor tampoco hoy. Yo me ocu