Las puertas del hospital se abrieron de golpe cuando los paramédicos entraron corriendo con Daniel, la camilla avanzó por el pasillo a toda velocidad mientras los médicos gritaban órdenes entre sí.
— ¡Necesitamos quirófano disponible ya mismo!
— ¡Está perdiendo demasiada sangre!
Mari, David, Máximo, Isabela y los demás llegaron más atrás.
— Sigue en quirófano… Aún no tenemos noticias… — Replicó la enfermera por enésima vez a David, que le pregunta si ya sabían algo de su hermano.
Mari suspiró muy quieta y pensativa, con la respiración temblorosa, sintiendo como si el piso se moviera debajo de ella al ver como David apoyó una mano en la pared, agachando la cabeza para recuperar el aire.
Él parecía desesperado.
Máximo seguía aferrado a Isabela, mientras que Patrick caminaba de un lado a otro, gruñendo maldiciones.
Albert y Aiden hablaban con un agente de policía que habían enviado desde el destacamento para vigilar la situación de salud de Daniel, pues él seguía implicado con l