Lo peor ya había pasado, solo quedaba esperar, Daniel se mantendría en coma inducido hasta que se viera alguna mejoría en su estado, Kelly y sus compañeros criminales, yacían refundidos en la prisión más asquerosa del país, en la que la prominente familia Collins Sinclair realizó un aporte muy amable y generoso solo para que esos criminales recibieran muy bien lo que tenían merecido por el resto de sus vidas.
Luego de una larga jornada en el hospital, la familia regresó a casa para tomar un descanso, darse una ducha caliente y recuperarse, excepto por David, quien decidió quedarse acompañado a Daniel.
— ¡Mami, mami!
Dante y Mario corrieron hacia Mari apenas la vieron entrar, ella los recibió con los brazos abiertos, arrodillándose para apretarlos a su cuerpo, nunca un abrazo le había reiniciado tanto la vida.
— ¿Dónde estabas? ¿Dónde estaban todos? — Preguntaron los niños al ver entrar más atrás a sus abuelos y tíos.
— Teníamos algunos asuntos de adultos que resolver…
— Hum… L